A día de hoy, la Unión Europea sigue presentando altos niveles de abandono escolar. En 2010, la estrategia Europea 2020 estableció entre sus objetivos prioritarios reducir el abandono escolar temprano por debajo del 10% en toda la UE, a excepción de España.
Debido a las altas tasas de abandono en nuestro país, el objetivo marcado fue reducir la tasa por debajo del 15%. Algo que, por desgracia, no se ha llegado a alcanzar: esta tasa es todavía en España del 16% (datos 2020)
A pesar del descenso de 1,24 puntos respecto al año anterior, nuestro país sigue siendo el país europeo con las mayores tasas de abandono temprano.
El abandono temprano de la formación y la educación es una problemática compleja, no sólo asociada a dificultades de aprendizaje, sino también a factores que superan el ámbito meramente educativo: sociales, motivacionales e incluso familiares.
Se trata de una problemática vinculada al desempleo, la exclusión social, la pobreza y una mala salud. Hay muchas razones por las que algunos jóvenes abandonan prematuramente los estudios, incluyendo la forma en la que la que está concebido el sistema educativo, el entorno escolar y las relaciones entre profesores y alumnos.
Esta situación de abandono se da todavía con mayor frecuencia en las etapas iniciales de la formación profesional, ya que este nivel educativo suele recoger a estudiantes con fracasos escolares previos, y con otros tipos de cargas (baja motivación, consumo de drogas, violencia, acoso escolar…) a sus espaldas. En este ámbito, la inmigración y la falta de acciones inclusivas también son factores a tener muy en cuenta. En España, el abandono escolar prematuro asciende hasta un alarmante 35% entre el estudiantado de origen extranjero. En el caso de los estudiantes locales, el porcentaje tampoco es halagüeño: un 15,7%.
¿Cómo se debería abordar esta situación?
Para reducir el abandono temprano de la educación y la formación, es necesario desarrollar y llevar a cabo estrategias integrales, que abarquen todo el espectro educativo y vayan más allá de intentar atajar el desarrollo de conflictos y los comportamientos problemáticos en los estudiantes.
Para considerarse integrales, estas estrategias deben incluir medidas a 3 niveles: de prevención, de intervención y de compensación. Este triple enfoque está recogido en la mayoría de las recomendaciones oficiales para luchar contra el abandono temprano de la educación y la formación: está incluida en la LOMCE española, así como en las directrices diseñadas por la Comisión Europea.
Este es, también, el enfoque con el que el proyecto INVET aborda esta problemática.
El proyecto InVet tiene como objetivo principal responder a la necesidad de contar con un enfoque sistémico para afrontar la conflictividad y el abandono temprano en los centros de formación profesional. Un enfoque que, incluyendo medidas a 3 niveles, permita la creación de espacios basados en el respeto, la inclusión y el civismo, para luchar así contra los factores de exclusión que llevan a los jóvenes de FP Básica a abandonar sus estudios.
Desde Media Creativa trabajamos en este proyecto Erasmus+ bajo la coordinación de Maristak Ikastetxea, formando parte de un partenariado junto con organizaciones de 5 países Europeos, todas ellas con amplia experiencia en el ámbito de la prevención de conflictos en centros de FP y colectivos de jóvenes: BLICK (Austria), Alfa-College – Regional Education Centre (Países Bajos), C.N.I.P.A. PUGLIA (Italia) y INCSMPS (Rumanía).
Aportamos al proyecto desde nuestra extensa experiencia en el apoyo, la formación y la orientación profesional de los jóvenes, así como en el desarrollo de las denominadas “soft-skills”: capacidades que mejoran la empleabilidad e integración social de los jóvenes, así como sus habilidades para el trabajo en equipo y la comunicación, entre otras.